“Recuerdo estar viviendo mediados de los 90, cuando realicé una visita al Museo MARCO y continúe asistiendo cada que podía, exclusivamente para ver esta pieza del maestro Arturo Rivera, esta pieza formaba parte de la exposición Premio MARCO.
Cursaba en aquel entonces en la Prepa 2 y, según aquel Omar, estudiaría Ingeniería Civil. Cada vez que esta institución de la UANL, ubicada en el Obispado, realizaba algún evento social alejado de lo académico (como bailes) mi buen amigo Adrián Minor y un servidor buscábamos otras alternativas culturales más enriquecedoras como los recitales del Obispado o ir caminando hasta el Museo de Arte Contemporáneo.
Al finalizar la carrera de Artes Visuales fui invitado por parte del departamento de montaje de MARCO para colaborar en varios proyectos y cuando tuve la oportunidad de entrar a su acervo, lo primero que vino a mi mente fue buscar “La última cena” del maestro Rivera, era menester ver la obra a una distancia respetuosamente minúscula; cada vez que podía entrar al acervo era forzosa la escala a ese rack para poder apreciar la obra (a menos que estuviera en calidad de comodato en otro espacio cultural).
Una de las cosas que en verdad puedo presumir gracias al Museo MARCO, es el poder decir que tuve en mis manos obras importantes: desde una Leonora Carrington, un Doctor Atl, la obra de hiperrealismo, la exposición de Stanley Kubrick, entre otros. También pude conocer artistas y dialogar enriquecedoramente o discutir con algunos pseudoartistas. Qué lejos aquellas visitas a mis 16 años al museo en donde ignoraba que Arturo Rivera y otros dos artistas nacionales (Martha Pacheco y en aquel entonces Colectivo Semefo) serían referente de mi profesión actual y paradigmas de mi producción plástica.”
Omar Sánchez
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