“En este ejercicio que me invitaron hacer acerca de documentar las memorias del Museo MARCO, trate de recordar cuándo fue exactamente la primera vez; cómo conocí al museo. No puedo saber con exactitud qué exposición era, iba con mis amigas de la prepa, eran los primeros años del Museo. Lo único que recuerdo es el impacto de una pintura de Julio Galán.
Un óleo grande, formato horizontal, de un Cristo casi tirado en el suelo, derrotado cargando una cruz, con su clásica corona de espinas. El tratamiento pictórico era diferente a las otras pinturas de Julio y con óleo rojo tenía el siguiente texto:
“Piensa en mí cuando sufras,
Cuando llores también piensa en mí”
Cuando quieras quitarte la vida
También piensa en mí”
Era un fragmento de la canción de Agustín Lara, no he vuelto a ver esa pintura desde entonces, es muy posible que la recuerde de manera equivocada y para este ejercicio espero encontrarla. No sé si sea casualidad pero es una obra con texto y los textos en mi trabajo como artista son una parte imprescindible. Siempre he dicho que mi trabajo tiene como origen las notas que tomaba en mis clases, en donde dibujaba y escribía alrededor de los dibujos por aburrimiento. Luego se complementó cuando vi en un museo los cuadernos recuperados de un manicomio en la Segunda Guerra Mundial en donde saturaban de texto los dibujos. Pero ahora podría ser diferente.
Escribir un texto en donde se narren todas las experiencias que tuvimos alrededor del museo podría ser largo, mi generación de artistas se formó visitando MARCO y el ya desaparecido Museo de Monterrey. Después de conocer la obra de Galán hubieron exposiciones increíbles como la de Ana Mendieta y muchas otras.
Ya después con el tiempo y ya como artista el Museo MARCO me invitó a colaborar con su programa MARCOMóvil en donde varios años llevaron a comunidades alejadas mis fotografías intervenidas con frases de políticos. Era una exposición nómada, montada en un camión. Gracias a estas invitaciones por parte del Museo a trabajar en comunidades, inicié mi proyecto de la biblioteca móvil en Juárez, Nuevo León, la cual sigue funcionando y va de casa en casa. Elizabeth Bishop en su poema “One Art” nos advierte que alcanzar la maestría en el arte de perder cosas, momentos y amores no es algo difícil de alcanzar, es parte de la vida. Solo nos quedará añorar lo que ya no está.
P.d. El texto de la pintura no era en rojo, pero el asombro al verla es la misma de hace 20 años.
Eugenía Martínez @eugeniamartinez.m
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