Project Description
Ana C. Martínez Mena – Leslye J.Mendoza Vargas – Katya Navarrete Córdova – Michelle N. Ríos Zamacona – Eunice Silva Pérez
Movimiento
Existen obras estáticas que nos dan sensación de moverse, esto debido a los trazos que estos representan.
Andrew Wyeth
Pintor de la escuela realista de los Estados Unidos. Muy pocos pintores supieron captar el
mundo rural como él. Comúnmente se le llamó el «Pintor del Pueblo» debido a su popularidad entre el público medio de su país. En sus obras podemos respirar el olor a hierba de las grandes praderas de Chadds Ford, en Pensilvania o sentir la tierra y los habitantes de Maine, con sus viejas granjas. También asombroso retratista, su trabajo era meticuloso y muy lento, por lo que no siempre encontró modelos dispuestos a posar horas, pero a los que sí consiguió retratar, los captó con una sensibilidad fotográfica.
Harold Weston
Su tema se inspiró con frecuencia en sus viajes y abarca desde pinturas de paisajes de las Adirondacks y los Pirineos, hasta los “desnudos de paisajes” de su esposa, el realismo doméstico y, más tarde en la vida, la abstracción. Weston ganó prominencia a principios de la década de 1900 en parte debido a sus amistades de larga data con el propietario de la galería Newman Montross y el coleccionista Duncan Phillips (cuya colección ahora es la Colección Phillips en Washington DC). El arte de Weston se mostró ampliamente durante su vida, a menudo se lo recuerda más por los esfuerzos humanitarios, incluido el trabajo extenso con proyectos de ayuda de las Naciones Unidas y como cofundador del Consejo Nacional de las Artes y el Gobierno.
Edward Hopper
Está considerado uno de los miembros de la llamada Escuela Ashcan, que con el liderazgo de Arshile Gorky, llevó el expresionismo abstracto a Estados Unidos, tras la II Guerra Mundial. Los rasgos más característicos de su pintura son su juego «rebuscado», entre luces y sombras, sus interiores descriptivos, que aprendió de la obra de Degas, técnica que perfeccionó en el tercero de sus viajes a Europa, en el que visitó de nuevo París y España; pero sobre todo lo que más impacta de la pintura de Hopper es el tema central de casi todos sus cuadros: la soledad.