“Hace 20 años llegaba a MARCO con un proyector y un carrusel lleno de diapositivas, en ese momento contaba con modernos apoyos visuales para la clase de fotografía que recién comenzaba a impartirse. Los alumnos, con grandes expectativas por aprender a manejar sus cámaras, llegaban con rollos de película de diferentes sensibilidades listos para las prácticas que revisarían una semana después, cuando revelaran e imprimieran sus fotografías.

El desarrollo tecnológico ha evolucionado, cierto, pero hay algo que permanece intacto en los alumnos de MARCO: la necesidad de aprender. Los alumnos que se inscriben al taller de Fotografía, cualquiera que sea el curso, van en busca del conocimiento, no en búsqueda de una calificación o para llenar un renglón curricular. Eso permite que el proceso de enseñanza sea dinámico, gozoso.

Los alumnos que tenemos varían entre, amas de casa, profesionistas, o futuros fotógrafos profesionales, con edades de entre 16 años a 75 años. Sus expectativas entonces son tan variadas como las características de sus propósitos para hacer foto. Debido a esto y a que no contamos con un perfil de ingreso a cada curso, los maestros de MARCO hemos diseñado y adaptado nuestros cursos a las necesidades de cada grupo al que la damos la bienvenida.

Estos ajustes a los programas los hemos elaborado con el afán de afinar los objetivos y llegar a ellos con diversas prácticas, para tener ahora sí, el desarrollo de un lenguaje fotográfico común, la pasión por la foto y la enorme posibilidad que nos brinda para expresar ideas, sensaciones: un lenguaje nuevo.”

Juan José Cerón

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