“En MARCO, como museógrafo, como creador visual y como público.
Cuando se inauguró el Museo de Arte Contemporáneo el 28 de junio de 1991, estábamos haciendo el Museo del Vidrio, que se abriría al público el siguiente año. Recuerdo mi participación en MARCO en 1992 en el montaje museográfico de CRISTALOMANCIA exposición organizada por el Centro de Arte Vitro bajo la dirección de mi queridísimo arquitecto Eliseo Garza.
Esta exposición, con 70 artistas del vidrio y más de 130 obras, se realizó en el marco del Congreso anual de la Glass Art Society, que se celebró ese mismo año en el entonces D.F., bajo la curaduría del querido maestro Miguel Ángel Fernández. Con artistas reconocidos del arte contemporáneo en vidrio como Stanislav Libenskÿ, Lino Tagliapietra, Dale Chihuly, Jon Kuhn, Paul Stankard, Michael Taylor y de mis queridos amigos, los mexicanos Enrique Canales, Ana Thiel y Raquel Stolarski entre otros.
Instalación navideña.
En el 2000 fui invitado a realizar la instalación navideña de ese año, después de presentarles varios proyectos, seleccionaron “Regalos”, que eran unas estructuras rectangulares de las que pendían botellas de vidrio llenas de agua de colores y que formaban una piñata, una estrella y un pino.
Las piñatas.
Un grupo de creadores de la ciudad participamos en el 2005 en el proyecto navideño llamado “Piñatas”. Nos dieron una piñata en blanco a cada uno y, como un lienzo tridimensional, la intervenimos con nuestros materiales y estilo.
Ojos que ven y corazón que siente.
Como público, he sido testigo de docenas de exposiciones, desde nuestra herencia cultural con “México: Esplendores de treinta siglos”, hasta las cajitas llenas de sorpresas de Joseph Cornell pasando por la magia del vidrio en “Cristalomancia”.
Los trazos maestros en la pintura de Claudio Bravo y los fantásticos personajes de Leonora Carrington, con la destacada museografía de las hermanas Pecanins.
Hermosos recuerdos de la maravilla de Gego y sus cuestionamientos a la línea y de las divertidas y gigantescas instalaciones penetrables de Jesús Rafael Soto, el mago del Arte Cinético.
De la pintura de Enrique Guzmán o las espeluznantes pero atractivas telarañas de Tomás Saraceno a las figuras humanas gigantes o en miniatura de Ron Mueck. Más recientemente Cardiff & Miller y sus instalaciones multidisciplinarias, como la de la casa rodante que me provocó tantas emociones hasta terminar en lágrimas.
Alimento para el alma y el espíritu.
Gracias, MARCO.”
Sergio Rodríguez
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